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Portezuelo, 23 de octubre de 2025 — En una jornada marcada por el optimismo y la esperanza, autoridades regionales y comunales hicieron una visita inspectiva a una de las obras más esperadas en la provincia de Itata: el mejoramiento y pavimentación de la Ruta N-52, que conecta las comunas de Portezuelo y Ninhue. La iniciativa, con una inversión de $24.617 millones, representa un hito para el desarrollo local y regional, y se enmarca en los esfuerzos del Ministerio de Obras Públicas (MOP) por fortalecer la infraestructura vial en zonas rurales.
La ceremonia de inicio de obras se realizó en la instalación de faena de la empresa Servicios Mecanizados Serviterra Ltda., adjudicataria del proyecto, y contó con la presencia del seremi de Obras Públicas, Freddy Jelves, el delegado presidencial provincial, Mario Cruces, y el alcalde de Portezuelo, Juan Carlos Ramírez y el alcalde de la comuna de Ninhue don Luis Molina.
Una obra anhelada por décadas
Durante décadas, los habitantes del Valle del Itata han enfrentado dificultades para movilizarse por la Ruta N-52, un camino de tierra que, en épocas invernales, se vuelve intransitable, aislando a comunidades rurales y afectando directamente la actividad económica local. La pavimentación de 14,5 kilómetros de esta vía no solo resolverá ese problema, sino que también impulsará el desarrollo productivo, turístico y social de la comuna de Portezuelo, reconocida por su rica tradición agrícola y vitivinícola.
“Estamos muy contentos porque esta es una obra histórica para nuestra comuna. Son más de 24 mil millones de pesos que vienen a transformar la vida de miles de personas. No solo mejorará la conectividad, sino que generará empleo en tiempos donde más se necesita”, destacó el alcalde Juan Carlos Ramírez, quien agradeció al Gobierno y al MOP por materializar un proyecto largamente esperado.
Impacto económico y social
La obra, financiada con fondos sectoriales del MOP y ejecutada por la Dirección de Vialidad, tiene un plazo de ejecución de 720 días (aproximadamente dos años). Durante este tiempo, se generarán decenas de puestos de trabajo directos e indirectos, beneficiando especialmente a la mano de obra local.
Además, la pavimentación permitirá un acceso más seguro y rápido a servicios básicos como salud, educación y transporte, y facilitará el traslado de productos agrícolas y vinos hacia mercados regionales y nacionales. Para una comuna como Portezuelo —donde la agricultura familiar y la viticultura campesina son pilares económicos—, esta mejora vial es clave para potenciar su competitividad y sostenibilidad.
“Esta no es solo una carretera; es una herramienta de desarrollo para toda la provincia de Itata. Estamos hablando de mejorar la calidad de vida de miles de personas, de conectar territorios y de abrir oportunidades reales para nuestras familias rurales”, señaló el seremi Freddy Jelves.
Portezuelo: corazón del Valle del Itata
Ubicada en el corazón del Valle del Itata, Portezuelo es una comuna de tradición campesina, con una población que supera los 5.000 habitantes y una economía fuertemente ligada a la tierra. Sus viñedos ancestrales, cultivos de trigo y hortalizas, y su paisaje rural han convertido a la zona en un referente de la agricultura sostenible y la identidad cultural del sur de Chile.
Sin embargo, la falta de infraestructura vial moderna ha sido un obstáculo persistente para su progreso. Con la pavimentación de la N-52, Portezuelo no solo se integra mejor con Ninhue y otras comunas vecinas, sino que también se posiciona como un corredor estratégico para el turismo rural y enoturismo, sectores con alto potencial de crecimiento en la región de Ñuble.
Compromiso con el desarrollo territorial
El delegado presidencial provincial, Mario Cruces, reafirmó el compromiso del Gobierno con el desarrollo equitativo de las zonas rurales: “Obras como esta demuestran que el Estado está presente donde más se necesita. Estamos invirtiendo no solo en asfalto, sino en dignidad, en futuro y en oportunidades para las comunidades del interior”.
Con el inicio de estas obras, Portezuelo da un paso decisivo hacia un futuro más conectado, inclusivo y próspero. Para sus habitantes, la Ruta N-52 ya no será solo un camino de tierra, sino una vía de progreso que une sueños, cosechas y esperanzas en el corazón del Valle del Itata.
