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La inauguración del primer Centro Comunitario de Cuidados de Ñuble en Portezuelo no es solo una noticia positiva: es la materialización de un cambio de paradigma en cómo el Estado aborda una deuda histórica con quienes sostienen silenciosamente la vida en Chile. Detrás de este acto simbólico hay datos concretos, desafíos estructurales y una oportunidad única para repensar las políticas sociales.
Según el Banco Central, el trabajo de cuidado no remunerado equivale al 25% del PIB nacional (más que la minería). Sin embargo, hasta hace una década ni siquiera se medía estadísticamente. En Portezuelo —comuna con 4,600 habitantes y envejecimiento acelerado— esta realidad es palpable:
111 cuidadoras registradas (pero se estima que son más).
76% de ellas mujeres (promedio nacional: 90%, según el Ministerio de la Mujer).
Sobrecarga física y mental: 68% de cuidadoras en Chile presenta síntomas de estrés crónico (Estudio SENAMA, 2023).
El testimonio de Bernardina Fernández, cuidadora de su padre de 98 años, lo resume: “Andamos corriendo, sin tiempo ni para ir al médico”.
El centro de Portezuelo no es un “club social”. Su diseño responde a evidencias:
Atención temporal: Permite que cuidadoras dejen a sus familiares en un espacio seguro mientras asisten a talleres o gestionan trámites.
Red local articulada: Trabaja con el Programa de Apoyos y Cuidados Domiciliarios de SENAMA y la Seremi de Salud para derivaciones médicas.
Enfoque económico: La sala de emprendimientos busca mitigar que 42% de cuidadoras haya abandonado trabajos remunerados (Casen 2022).
La ministra Javiera Toro fue clara: “Esto no puede depender de voluntades políticas”. El proyecto de Ley Marco de Cuidados —aprobado en diputados pero con resistencia de parte de la oposición— busca:
Financiamiento permanente: Hoy los centros dependen de fondos concursables.
Estándares nacionales: Regular calidad de atención, capacitación de equipos y cobertura territorial.
Corresponsabilidad: Incentivos para que empresas privadas implementen horarios flexibles (como en Uruguay, donde redujo un 30% la renuncia de mujeres cuidadoras).
Brecha rural: Portezuelo tiene solo 3,7 profesionales de salud por cada 1,000 habitantes (promedio nacional: 5,2). ¿Cómo garantizar apoyo especializado?
Masculinización del cuidado: Solo 1 de cada 10 hombres se registra como cuidador. El centro incluirá talleres para romper estereotipos.
Sostenibilidad: El municipio deberá absorber el 30% de los costos operativos desde 2026.
La región tiene:
El mayor envejecimiento relativo del país (21% de adultos mayores).
Déficit de vivienda social cubierto al 120% (según Minvu), pero con falta de servicios complementarios.
Innovación: El centro de Portezuelo piloteará un sistema de “respiro familiar” con telemedicina, único en zonas rurales.
Este centro es un avance, pero revela una tensión mayor: ¿Estamos dispuestos a valorizar el cuidado como pilar del desarrollo? Mientras candidatos prometen recortar $6,000 millones al gasto social (equivalente a 4 veces el presupuesto de Desarrollo Social), lugares como Portezuelo recuerdan que sin cuidados, no hay economía posible.
